A través de la Ruta del emprendedor se pretende formar en habilidades a los participantes ofreciéndoles una serie de tareas físicamente exigentes, retadoras, que obligan a tensar la capacidad intelectual y emocional del emprendedor.

Por equipos, y a lo largo de dos jornadas de formación experiencial y mediante una metodología outdoor, la Ruta del emprendedor se centra más en la tarea y relativamente menos en la revisión de lo acontecido, aunque los participantes reciben, durante la tarea misma, importante feedback por parte de los profesores del grupo.

Se trata de sacar a los emprendedores de su zona de confort, de comodidad ante las exigencias cotidianas, casi rutinarias, para adentrarse en las que se suponen de reto personal exigente física y psicológicamente sin llegar al pánico. Trata de inculcar y desarrollar en la persona el convencimiento de “que hay en ti mucho más de lo que tú crees” como actitud para afrontar la vida y el trabajo.